Wednesday, April 20, 2011

El triple desastre de Japon como causante del colapso emocional

En 2004, mientras que la planificación de la respuesta psicosocial en los países afectados por el tsunami del sur de Asia reflexionaba sobre el efecto físico y emocional de este evento natural en las personas afectadas en el sur de Asia. Al mirar el impacto del triple desastre sufrido por la población Japonesa en las ultimas semanas me impacto que la naturaleza construida, la vegetación y los seres humanos experimentaron consecuencias similares: perdieron sus raíces de forma súbita y traumática de el lugar donde se encontraban.  La devastación tuvo como consecuencia nefastas en la naturaleza y los seres humanos.

En el caso de la vegetación, las raíces proveen agua y nutrientes que les permiten desarrollarse y sobrevivir. Por lo general ahí apego en un ambiente que provee crecimiento, protección y la luz necesaria para sobrevivir. A su vez la vegetación le provee belleza, alimentación y un ambiente limpio.

La relación de lugar y seres humanos es mas bien emocional, tiene que ver con el bienestar psicológico. El apego a lugar se genera cuando sentimos seguridad, nos acostumbramos al ambiente, desarrollamos una historia, conductas únicas, y una historia y rasgos culturales comunes.

Los seres humanos sobreviven porque mantienen un balance físico y ecológico, esto se llama homeóstasis. Todos mantenemos un balance entre nuestra percepción de nuestro sitio, y la capacidad de identificar un lugar seguro, encontrar comida, mantener nuestra vivienda, vivir en armonía con nuestra familia y nuestros vecinos, y colaborar en el crecimiento de nuestro lugar.

La experiencia horrorizante de el terremoto, tsunami y el escape en la planta nuclear en Japón, no solamente arranco las plantas, destruyo las estructuras físicas, e hizo daños a la ecología, sino que también causo el colapso del ecosistema emocional en los seres humanos, al ser estos,  extirpados de raíz de su lugar. 

La perdida podemos percibirla a nivel personal y nivel comunitario. Al nivel personal, el extirpar la raíz del lugar cause el colapso del modelo de trabajo que existe en las cabezas de las personas afectadas. La confianza ha sido socavada, la ansiedad aumenta cuando perdemos de vista a nuestros seres queridos y  a aquello que nos es familiar, se destabilizan las relaciones con otras personas. Se destruyen los recursos sociales y emocionales.   Aumenta la vulnerabilidad de los seres humanos hacia enfermedades relacionadas con el estrés: desde depresión, la alta presión o un ataque de corazón.  La persona experimenta un mal humor crónico, quejándose frecuentemente de que perdió su mundo de forma súbita.

A nivel comunitario, podemos observar que se descomponen las redes que tradicionalmente proveían seguridad (la escuela, la policía, el puesto de salud), los lazos afectivos se rompen, las personas se dispersan por todas las direcciones. Nuestros mas conocidos, relacionados o amigos ya no están cerca. Aunque logren re-agruparse no es lo mismo, lo que estaban lejos están cerca, y los que estaban cerca esta lejos. Ya algunos ni están. La elegancia y estructura de la comunidad también ha cambiado, los lugares sociales que cubrían la geografía comunitaria, ha sido destruida.

Aunque se construya la comunidad y se re-establezcan los sitios. La geografía de una comunidad restaurada no es suficiente para reparar los daños a nuestros mapas cognitivos. La función humana es re-establecer su lugar.

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